Publicado 09/06/2025 10:38

Ataque a Miguel Uribe marca retorno de épocas de violencia política en Colombia

Colombia.- El atentado contra Miguel Uribe revive las peores épocas de violencia política en Colombia
Colombia.- El atentado contra Miguel Uribe revive las peores épocas de violencia política en Colombia - Europa Press/Contacto/Sebastian Barros

COLOMBIA, 9 Jun (EUROPA PRESS)

El reciente ataque en Bogotá al senador y aspirante a la presidencia Miguel Uribe Turbay revivió en Colombia el doloroso recuerdo de las décadas de 1980 y 1990, periodos marcados por la violencia política y los asesinatos de líderes políticos, situación que se equipara hoy con los crímenes cometidos contra defensores sociales y campesinos. Este incidente no es un hecho aislado sino un trágico recordatorio de un capítulo oscuro en la historia colombiana, emparentado con la violencia política que caracterizó al país antes y durante el surgimiento de los grupos guerrilleros en los años 60.

La violencia alcanzó su punto álgido en los primeros años de la década de 1990, con el asesinato de cuatro candidatos presidenciales en 1990, evidenciando el clima de hostilidad y peligro para los líderes políticos y seguidores de la Unión Patriótica, quienes sufrían persecución y exterminio, algo que el Estado admitiría años más tarde. Destacan las muertes de más de 6.000 personas vinculadas a este partido, incluyendo a Jaime Pardo Leal en 1987, quien fue una de las primeras víctimas de esta serie de asesinatos políticos perpetrados por carteles de droga y sus ambiciones de influir en la política colombiana.

La campaña para las elecciones de 1990 fue especialmente violenta, cobrando la vida de Luis Carlos Galán, uno de los principales candidatos, a manos de sicarios del Cartel de Medellín, en un crimen que también involucró a corruptos agentes estatales y grupos paramilitares. Dicha violencia también afectó a figuras cercanas a Galán, como Maruja Pachón y Diana Turbay, cuñada del fallecido y madre de Miguel Uribe, respectivamente; esta última murió en 1991 durante una operación de rescate.

Los asesinatos de Bernardo Jaramillo y Carlos Pizarro, líderes de la izquierda, marcaron otro capítulo oscuro en la historia de Colombia, ambos fueron asesinados en circunstancias trágicas, rememorando la dificultad de abogar por cambios progresistas en el país. No fue hasta 2022 que Colombia eligió a su primer presidente progresista, Gustavo Petro, tras décadas de violencia política.

La historia de las elecciones de 1990 concluyó con la victoria de César Gaviria sobre Álvaro Gómez Hurtado, quien sería asesinado años después, un crimen por el cual las ya disueltas FARC admitirían responsabilidad, señalándolo como uno de los actores del conflicto armado interno del país.

Estos eventos no solo representan las tragedias más notorias sino también una parte de la violencia que devastó a Colombia en los noventa. Una violencia que, pese a los esfuerzos, continúa afectando a líderes sociales, campesinos e indígenas, manteniendo viva la necesidad de memoria, justicia y paz en el país.

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