COLOMBIA, 23 Jun (EUROPA PRESS)
En un grave acontecimiento en el departamento de Cauca, suroccidente de Colombia, se reportó el secuestro de 57 militares por parte de disidentes de las FARC en dos incidentes separados en zonas rurales. La Tercera División del Ejército colombiano informó, a través de X, que un contingente militar en El Plateado, compuesto por dos suboficiales y 24 soldados, "fue interceptado y rodeado por aproximadamente 200 individuos que habrían sido obligados por el grupo armado organizado residual Carlos Patiño", aludiendo a una fracción disidente de las FARC.
Este incidente se suma a otro ocurrido el sábado, donde otro grupo de militares, esta vez dos suboficiales y 29 soldados, fueron secuestrados en la zona de La Hacienda, en el municipio de El Tambo, por personas civiles de la localidad, según reportó el Ejército.
El Ejército colombiano ha hecho un llamado a la comunidad para que respete las instituciones estatales y ha expresado su rechazo a "la utilización y constreñimiento de las comunidades por parte de grupos armados organizados", también condenando cualquier acto de violencia contra la Fuerza Pública. Además, destacó que se encuentran trabajando para restablecer el orden, asegurar el retorno seguro del personal secuestrado y reiteraron su compromiso con la protección de la población civil y el respeto a los derechos humanos.
El Ministro de Defensa, Pedro Sánchez, condenó el secuestro y lo describió como un ataque al Estado colombiano, afirmando que los residentes del cañón del Micay están en favor de dejar atrás los cultivos ilícitos y convertir el territorio en un símbolo de paz, buscando evitar el reclutamiento de sus hijos en actividades violentas y la presencia de minas y cultivos de droga en sus tierras. Sánchez aseguró que el Estado proveerá educación, salud, infraestructura, cultura, deporte y trabajo digno a la región, afirmando que "Los terroristas son temporales, el Estado es permanente".
Estos eventos siguen a la declaración hecha por Sánchez tres meses atrás, reconociendo que el Estado colombiano no tenía control efectivo sobre la zona, esto tras la muerte de cinco militares y el secuestro de varios policías.