COLOMBIA, 4 Jun (EUROPA PRESS)
En una medida sin precedentes, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, tomó la decisión de movilizar al Ejército hacia el departamento de Nariño, localizado en el suroeste del país, a raíz del trágico asesinato de Luis Aurelio Araújo, un distinguido líder indígena del pueblo awá. Araújo perdió la vida en lo que parece ser un ataque orquestado por grupos armados irregulares, un suceso que ha sacudido a la comunidad y motivado una respuesta firme por parte del gobierno.
El mandatario colombiano, Petro, expresó su repudio ante los hechos y encomendó al ministro de Defensa, Pedro Sánchez, la tarea de desplegar fuerzas militares en la región, buscando mitigar la violencia derivada de recientes agresiones contra miembros de pueblos originarios. "No voy a sacar al Ejército de Catatumbo, pero hay que ampliar su presencia. Ahora hay que ir a esta zona, respetando la cultura indígena", afirmó Petro en una conferencia de prensa, subrayando la importancia de una cooperación entre el Estado y los pueblos indígenas para evitar conflictos y violencia.
Este atentado contra Araújo, que también costó la vida a sus dos escoltas, Jesús Alveiro Chaves y Yackson Orlando Solarte, ocurrió en Cuaiquer Viejo, una zona rural del municipio de Ricaurte. Niber Moreano, gobernador de Resguardo de Vegas, lamentó profundamente lo sucedido y elogió la labor de Araújo a nivel local. "Nuestro compañero Aurelio era un amigo de toda la vida. Él nos estaba representando actualmente como coordinador general de la organización indígena en su tercer mandato", declaró Moreano.
Además, el gobernador señaló que hay "fuertes indicios" que conectan este crimen con motivaciones políticas, una teoría que parece repetirse en la zona. Por otra parte, el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) destacó que Araújo fue reconocido como líder indígena en marzo y que su defensa de los derechos y autoridad tradicional awá lo pusieron en el punto de mira en una región donde predomina el control armado.
El año en curso ha visto el asesinato de 73 líderes indígenas y defensores de los Derechos Humanos en Colombia, la mayoría a manos de grupos armados irregulares interesados en dominar rutas de narcotráfico y minería ilegal que pasan por territorios indígenas. Los departamentos más golpeados por esta ola de violencia incluyen Cauca, Nariño, Antioquia y Norte de Santander, regiones caracterizadas por una fuerte actividad de grupos armados y una presencia estatal limitada.