Bogotá 18 Sep. (COLPRENSA) -
- Alan Gil Romero, el presunto asesino de Ana María Serrano, pasó de ser el "yerno" ideal a un acosador y principal sospechoso de acabar con la vida de la estudiante de medicina colombo-mexicana de apenas 18 años, detalló este lunes María Ximena Céspedes, madre de la joven muerta.
"Era un caballero o sea de estos niños que tú dices lo quieres como yerno", relató la mujer desde México a W Radio, en un intento por encontrar las razones del feminicidio de su hija.
Romero y Ana María fueron novios durante poco más de un año, pero la relación concluyó al parecer porque el joven la presionaba por su manera de vestir, entre otras, al punto que la relación entró en crisis y concluyó.
"Terminaron el junio y él comenzó a acosarla; yo digo que al comienzo tenía el corazón roto entonces le mandaba flores y mensajes, todo el tiempo estaba pidiendo que regresaran, pasaba por la casa y le llevaba cosas", precisó Céspedes, quien creyó que el viaje de Romero a Alemania para iniciar sus estudios superiores pondría un océano de diferencia entre los jóvenes y apagaría las alertas.
La madre de la joven, una abogada colombiana casada con un empresario mexicano y residenciada desde hace años en ese país, señaló que al parecer el sábado Romero "enloqueció", tras enterarse que Ana María seguía el curso de su vida con tranquilidad, de manera que pasó de los ruegos a las amenazas.
"Parece que ahí fue como que no sabemos si enloqueció, pero a partir de ahí parece que comenzó a amenazarla, obviamente a nadie se le ocurriría que pasaría esto, pero sí a decirle que quitara las historias de Instagram y que tenía que regresar con él", explicó Céspedes.
Las pesquisas indicarían que Romero entró a la vivienda de Ana María, quien estaba sola porque sus padres estaban de aniversario en Italia, y cometido el crimen que luego intentó encubrir con un supuesto suicidio.
En Roma, Céspedes recibió unos extraños mensajes desde el teléfono de su hija, alertada porque no respondía sus llamadas, que ella cree fueron escritos por Romero, cuando ya habría cometido el crimen.
Alertada por lo sucedido, la madre de la víctima llamó a un vecino que encontró el cuerpo de la joven sin vida.
Romero, cuya familia pertenecía a la misma clase social de Ana María con quien fueron al mismo colegio, podría afrontar entre 40 a 70 años de prisión de ser hallado culpable.