Kinshasa asegura que no atacará a los rebeldes en caso de que se retiren de las zonas que ocupan en Kivu Norte
MADRID, 14 Dic. (EUROPA PRESS) -
El grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23) ha asegurado haber mantenido una reunión con representantes del Ejército de República Democrática del Congo (RDC) para abordar una "resolución pacífica" al conflicto en el este del país, que ha provocado además un repunte de las tensiones entre el Gobierno congoleño y el de Ruanda.
El portavoz del M23, Lawrence Kanyuka, ha indicado en un comunicado que el encuentro tuvo lugar el lunes en Kibumba y ha agregado que en el mismo participaron delegados del Ejército, la Misión de Naciones Unidas en RDC (MONUSCO) y otros organismos regionales.
El grupo ha indicado que la reunión tuvo lugar "en una atmósfera pacífica" y ha expresado su deseo de "un nuevo encuentro". "El M23 renueva su llamamiento a la comunidad internacional al hacer sonar la alarma del genocidio en marcha y la naturaleza selectiva de las organizaciones humanitarias, que no asisten a las víctimas en Bwiza y sus alrededores", ha denunciado.
Por su parte, el portavoz del Ejército congoleño en Kivu Norte, Guillaume Njike Kaiko, ha indicado que el encuentro tuvo lugar a petición del M23 y ha desvelado que las Fuerzas Armadas han garantizado que no atacaran a los rebeldes cuando se retiren de las zonas que ocupan en el este del país.
Así, ha indicado en declaraciones a la emisora congoleña Radio Okapi que "temen que, si se retiran de las zonas que ocupan, siguiendo la petición de los jefes de Estado (de RDC y Ruanda) en la minicumbre de Luanda, las Fuerzas Armadas congoleñas procederán a atacarlos".
"Las autoridades del Ejército congoleño que participaron en esta reunión (...) garantizaron al M23 que si aplican la voluntad de los jefes de Estado, tal y como fue manifestada, no habrá ataques por parte de las Fuerzas Armadas", ha manifestado.
El M23 ha sido acusado desde noviembre de 2021 de llevar a cabo ataques contra posiciones del Ejército en Kivu Norte, a pesar de las autoridades congoleñas y el M23 firmaron en diciembre de 2013 un acuerdo de paz tras los combates registrados desde 2012, en los que los militares contaron con apoyo de tropas de Naciones Unidas. Expertos de la ONU acusaron a Uganda y a Ruanda de apoyar a los rebeldes, si bien ambos países lo negaron.
El conflicto ha derivado en un enfrentamiento diplomático entre RDC y Ruanda, cuyas relaciones han atravesado momentos de crisis desde la llegada masiva al este de RDC de hutus ruandeses acusados de haber masacrado a los tutsis durante el genocidio de Ruanda de 1994.
NUEVO ATAQUE DE LAS ADF
Por otra parte, al menos diez personas murieron el martes en un nuevo ataque perpetrado por supuestos miembros de las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), vinculadas a Estado Islámico, contra la localidad de Ndalya, en la provincia de Ituri (este).
Christophe Munyaanderu, coordinador de la Convención para el Respeto de los Derechos Humanos en Irumu, ha indicado que "las ADF llevaron a cabo una incursión" y ha agregado que "dos viviendas fueron incendiadas por los asaltantes", según ha recogido el portal congoleño de noticias 7sur7.
El suceso tuvo lugar horas después de que Uganda confirmara la muerte de un militar y once supuestos miembros de las ADF en enfrentamientos después de que un grupo de asaltantes intentara irrumpir en la localidad de Ntoroko (oeste), cerca de la frontera con RDC.
Las ADF, un grupo ugandés creado en la década de los noventa especialmente activo en el este de RDC y acusado de la matanza de cientos de civiles en esta zona del país, podría estar intentando volver a operar en Uganda, de donde se retiró en 2003 tras una serie de operaciones militares que mermaron drásticamente su capacidad para llevar ataques en el país.
El grupo sufrió una escisión en 2019 después de que Musa Baluku --sancionado por Naciones Unidas y Estados Unidos-- jurara lealtad al grupo yihadista Estado Islámico en África Central (ISCA), bajo cuya bandera actúa desde entonces. El aumento de sus ataques y la reclamación de un atentado en la capital ugandesa, Kampala, llevó a ambos países a lanzar las citadas operaciones conjuntas en el este de RDC.