BRUSELAS 6 May. (EUROPA PRESS) -
La Comisión Europea ha presentado este martes su estrategia para desvincularse totalmente de las importaciones de gas ruso en 2027, que arrancará ya a finales de 2025 con la prohibición de todos los contratos de venta al contado existentes tanto por gasoducto como de gas natural licuado (GNL).
Bruselas tiene también previsto proponer el mes que viene medidas adicionales para prohibir a finales de 2027 las importaciones restantes de gas ruso importados en virtud de los contratos a largo plazo vigentes, cuya eliminación progresiva requerirá de un plazo de transición más largo debido a los mayores volúmenes para los importadores afectados.
El comisario europeo de Energía y Vivienda, Dan Jorgensen, ha sido el encargado de presentar este plan que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, había prometido para sus primeros 100 días de mandato pero que ya se había retrasado en varias ocasiones.
"Este año no se podrán firmar nuevos contratos y a finales de 2027 seremos completamente independientes del gas ruso. Será complicado, pero vamos a cumplir con nuestras promesas en coordinación con los Estados miembro", ha explicado el político danés, quien ha recordado que las propuestas de Bruselas necesitan el visto bueno del Parlamento Europeo y de los Veintisiete, que deberán aprobarlas por mayoría cualificada.
También la Alta Representante de la UE para Política Exterior, Kaja Kallas, ha destacado en redes sociales que "esto marcará una ruptura permanente" porque "Rusia ya no podrá utilizar la energía como arma" contra el bloque.
Según el Ejecutivo comunitario, esta medida garantizará que, ya a finales de este año, la UE reduzca en un tercio los suministros restantes de gas ruso, un porcentaje que ya había caído del 45% en 2022 al 19% actual.
Además, con las sanciones los Veintisiete han prohibido todas las importaciones de carbón ruso y las de petróleo se han reducido del 27% a principios de 2022 al 3% actual, mientras que en el sector nuclear, los Estados miembro que siguen utilizando reactores de diseño ruso han avanzado en la sustitución del combustible nuclear ruso por el de otros productores.
Sin embargo, Bruselas advierte de que, pese a esa reducción, las exportaciones de energía a la UE representan una fuente de ingresos para Rusia y pueden utilizarse para "patrocinar sus brutales acciones bélicas".
De hecho, el propio Jorgensen ya admitió que las compras de gas ruso de la UE desde 2022 equivalen al precio de 2.400 nuevos cazas F-35 para el Kremlin, una cifra que equivale a otorgar a Rusia fondos suficientes para renovar su flota de aviones de combate con el modelo de última generación del fabricante estadounidense Lockheed Martin.
RESTRICCIONES AL COMBUSTIBLE NUCLEAR Y AL PETRÓLEO
Así, junto a la prohibición de las importaciones de gas ruso, la Comisión incluye también restricciones a los nuevos contratos de suministro confirmados por la Agencia de Abastecimiento de Euratom de uranio, uranio enriquecido y otros materiales nucleares procedentes de Rusia.
En lo que respecta al petróleo, la estrategia establece nuevas medidas para hacer frente a la flota fantasma mediante la cual Rusia elude las sanciones y el límite internacional de los precios del petróleo.
La Comisión también intensificará sus esfuerzos diplomáticos y su cooperación con la Organización Marítima Internacional y empezará a trabajar en misiones marítimas en el marco de la Política Común de Seguridad y Defensa de la UE.
Por otro lado, pedirá a los Estados miembro que elaboren planes nacionales para la eliminación progresiva del gas ruso en toda la UE, nuclear y el petróleo rusos en plazos concretos que permitirán tener en cuenta las especificidades nacionales y las necesidades de diversificación de cada país para que la retirada progresiva se produzca de manera coordinada.