Publicado 29/10/2025 13:03

Los tiburones más inusuales enfrentan el mayor riesgo de extinción

Archivo - FILED - 05 February 2025, Baden-Wuerttemberg, Karlsruhe: A new 1.20 meter long blacktip reef shark named Amadeus (front) from the Haus der Natur in Salzburg swims in his new home, the aquarium in the Natural History Museum. Photo: Bernd Weibrod
Archivo - FILED - 05 February 2025, Baden-Wuerttemberg, Karlsruhe: A new 1.20 meter long blacktip reef shark named Amadeus (front) from the Haus der Natur in Salzburg swims in his new home, the aquarium in the Natural History Museum. Photo: Bernd Weibrod - Bernd Weibrod/dpa - Archivo

MADRID, 29 Oct. (EUROPA PRESS) -

Si continúan las tendencias actuales de extinción, las poblaciones mundiales de tiburones perderán gran parte de su variedad, lo que amenazará los ecosistemas donde especies especializadas cumplen funciones vitales, según han descubierto investigadores de la Universidad de Stanford (Estados Unidos). Sus resultados se publican en 'Science Advances'.

Al merodear por los océanos de la Tierra durante más de 400 millones de años, los tiburones han evolucionado hasta convertirse en un grupo muy diverso. Como se transmite popularmente en los libros infantiles, estos famosos peces varían en tamaño desde tiburones linterna enanos, del tamaño de la palma de la mano, hasta tiburones ballena, del tamaño de un autobús escolar. Los tiburones blancos, los tiburones martillo y muchos otros desempeñan funciones ecológicas clave como superdepredadores en la cima de la cadena alimentaria.

Según investigaciones previas, un tercio de las 500 especies de tiburones de la Tierra están al borde de la extinción, en gran parte debido a la actividad humana. Un nuevo análisis dirigido por Stanford revela que las especies más amenazadas tienden a tener fisiologías poco comunes y roles ecológicos especializados; en general, las que viven en la superficie del océano o en sus profundidades más profundas.

La pérdida de estas especies por extinción disminuiría la diversidad de rasgos hasta que la variedad de tipos corporales y hábitats de los tiburones se reduzca a solo tiburones de tamaño mediano en una estrecha franja de profundidades oceánicas.

"Nuestro estudio ilustra que, si se producen estas grandes extinciones de tiburones, estos se volverán más parecidos y simplificados, y el resultado será un mundo más aburrido y con menos diversidad de formas", reflexiona Mohamad Bazzi, autor principal del estudio e investigador postdoctoral en ciencias de la Tierra y planetarias en la Escuela de Sostenibilidad Doerr de Stanford. "Incluso las pequeñas diferencias entre las especies importan. Cada una aporta algo distintivo e importante".

Como se ha documentado en otros hábitats, la pérdida de diversidad de rasgos en grupos de especies clave puede tener consecuencias de gran alcance. Por ejemplo, la disminución global de las especies de buitres está dañando los ecosistemas, y el aumento de las poblaciones de erizos de mar está poniendo en riesgo los arrecifes de coral y afectando la pesca.

"Esta erosión generalizada de las morfologías únicas de los tiburones significaría que muchas características distintivas de cada especie, así como las funciones que desempeñan en un ecosistema determinado, desaparecerían", detalla el autor principal del estudio, Jonathan Payne, profesor de Ciencias de la Tierra y Planetarias en la Escuela de Sostenibilidad Doerr de Stanford. "Esos populares libros infantiles sobre tiburones perderían mucho interés y diversión".

Para el estudio, los investigadores de Stanford consultaron la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la red de conservación más grande del mundo, para identificar un género de tiburón en peligro considerable: Carcharhinus. De las 35 especies de Carcharhinus reconocidas por la UICN, 25 se consideran "Vulnerables", "En Peligro" o "En Peligro Crítico". El tiburón toro y el tiburón oceánico de puntas blancas son dos de los miembros más grandes, conocidos y en riesgo de este género.

Para buscar patrones no aleatorios de sesgo de extinción, los investigadores realizaron un análisis estadístico de la forma y la estructura de más de 1.200 dientes de 30 especies actuales de Carcharhinus documentadas en la literatura científica. Los dientes de tiburón sirven como un indicador fiable del tamaño y la dieta general de una especie.

Por ejemplo, el tamaño de los dientes generalmente se correlaciona con el tamaño corporal, mientras que la forma y las características de los bordes, como las dentaduras, pueden revelar la elección de presas de los tiburones.

Los investigadores descubrieron que las especies con mayor divergencia física y ecológica también tendían a ser las que presentaban un mayor riesgo de extinción. Las especies del género con tamaños más cercanos al promedio, de entre 90 y 45 metros de largo, y dietas generalistas, tienden a estar menos amenazadas que las especies con dietas más especializadas y cuerpos adaptados a nichos ecológicos. Por ejemplo, los tiburones más grandes se benefician de su corpulencia al tener un menor riesgo de depredación, pero también deben obtener suficiente alimento para mantener su volumen.

En el caso de Carcharhinus, los hallazgos indican que, si se extinguen algunas de sus especies, los supervivientes serán más similares que el grupo actual. Bazzi y Payne prevén que sus hallazgos se extiendan a otros grupos de tiburones, lo que sugiere que la presión de la extinción promueve la homogeneización fenotípica: las características observables de los animales, como la apariencia y el comportamiento, se vuelven más similares.

Un resultado de ese tipo privaría al planeta de criaturas especiales y únicas, junto con productos de inspiración biológica potencialmente útiles. "Con esta enorme pérdida de rasgos de tiburón, los humanos estaríamos deshaciendo todo este trabajo evolutivo que se ha realizado durante millones y millones de años", detalla Payne. "Al deshacer todo este trabajo, no solo estamos perdiendo cosas que nos dan alegría, sino también posibles soluciones evolutivas prácticas a problemas, como tratamientos para enfermedades o el conocimiento de nuevos materiales. Perdemos en prácticamente todos los sentidos cuando provocamos la extinción de especies".

En general, los hallazgos se alinean con un patrón ampliamente observado: las extinciones a menudo reducen la diversidad de rasgos de una manera que favorece la supervivencia de los organismos generalistas "promedio" por sobre los especialistas.

Los investigadores enfatizan que la disminución de la diversidad de tiburones predicha por su estudio, así como la de otros grupos animales amenazados, aún es probable que pueda revertirse. Si bien una confluencia de factores pone en peligro las poblaciones de tiburones en todo el mundo, como la contaminación y la pérdida de hábitat, la principal causa -la sobrepesca- puede abordarse mediante leyes más estrictas, mayor control y control humano.

La historia reciente ofrece numerosos ejemplos alentadores en los que la captura directa de un grupo animal prácticamente se detuvo y las poblaciones se recuperaron espectacularmente. Un ejemplo claro es el elefante marino del norte, que antes era sacrificado regularmente para obtener grasa para lámparas de aceite.

A finales del siglo XIX, solo sobrevivía una población de tan solo 20 individuos frente a Baja California. Hoy en día, un siglo después de que Estados Unidos y México prohibieran la caza de elefantes marinos, más de 150.000 ejemplares habitan las aguas de la Costa Oeste, cumpliendo su función crucial como depredadores superiores que regulan la sobrepoblación de presas y ayudan a distribuir nutrientes para promover una mayor biodiversidad y un ecosistema más resiliente.

"No es necesario pensar en la conservación de las especies como algo teórico, donde si logramos este cambio, solo nuestros tataranietos podrían ver un mundo diferente", finaliza Payne. "En tan solo unas décadas, para algunos de estos tiburones amenazados, ya se podría observar un cambio positivo".

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