Publicado 16/11/2025 02:59

La mayoría de las cocinas tienen la nevera en el lugar equivocado: dónde debería estar para consumir menos

La mayoría de las cocinas tienen la nevera en el lugar equivocado: dónde debería estar para consumir menos
La mayoría de las cocinas tienen la nevera en el lugar equivocado: dónde debería estar para consumir menos - UNSPLASH

MADRID 16 Nov. (EUROPA PRESS) -

La nevera es uno de los electrodomésticos esenciales en una casa y también uno de los que más energía consume. Funciona las 24 horas del día, todos los días del año, y su ubicación influye mucho más de lo que parece en su rendimiento. Sin embargo, en muchas cocinas españolas la nevera está situada en lugares que obligan al motor a trabajar de más, aumentando el gasto eléctrico sin que el usuario sea consciente de ello.

Los expertos coinciden en que colocar la nevera "en cualquier hueco" no es una buena idea. La posición del aparato, la cercanía a fuentes de calor, la ventilación o incluso la orientación respecto a ventanas soleadas pueden disparar el consumo. Y aunque la mayoría de hogares pasa por alto estos detalles, son claves para evitar que el frigorífico haga un esfuerzo extra para mantener el frío.

POR QUÉ IMPORTA TANTO DÓNDE COLOCAS LA NEVERA

El frigorífico es responsable de alrededor del 30 % del consumo eléctrico de los electrodomésticos del hogar, según datos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Está encendido de forma continua y necesita mantener una temperatura estable que se ve afectada por lo que ocurre a su alrededor. Si recibe calor externo -del sol, del horno o de una vitro encendida- necesitará gastar más energía para compensarlo.

A esto se suma otro factor poco conocido: la nevera expulsa el calor por detrás. Si esa zona no tiene espacio suficiente para que el aire circule, el aparato no puede refrigerarse adecuadamente y el motor trabajará más tiempo y a más potencia. Lo mismo sucede cuando está encajada en un hueco estrecho o pegada a la pared sin margen para "respirar".

DÓNDE NO SE DEBERÍA COLOCAR LA NEVERA

En términos de eficiencia energética, hay varias ubicaciones que conviene evitar. La primera es junto al horno, la placa o el microondas encastrado, ya que estas fuentes de calor obligan al frigorífico a trabajar continuamente para mantener su temperatura interna.

También es un error situarla cerca de radiadores, termos eléctricos o calentadores, habituales en muchas cocinas antiguas. Otro punto delicado es la exposición al sol directo. Colocar la nevera junto a una ventana muy soleada puede calentar el lateral del aparato durante horas, incrementando el consumo.

Igual de problemático es arrinconarla pegada a la pared o en huecos demasiado estrechos, donde no pueda ventilarse correctamente. En estos casos, el polvo se acumula con más rapidez y el calor queda atrapado, reduciendo la eficiencia del motor.

DÓNDE DEBERÍA IR REALMENTE LA NEVERA

La ubicación ideal cumple tres condiciones fundamentales:

1. Alejarla de las fuentes de calor. Debe mantenerse a distancia del horno, placa, radiador o zonas donde dé el sol directo. Cuanto más estable sea la temperatura exterior, menos energía necesita el aparato para funcionar.

2. Dejar espacio para que circule el aire. Fabricantes como AEG recomiendan dejar algunos centímetros libres entre la parte trasera de la nevera y la pared, además de permitir ventilación en los laterales y, si es un modelo encastrado, en la parte superior o inferior del mueble. El aire debe poder entrar y salir sin obstáculos para facilitar la disipación del calor.

3. Ubicarla en un punto fresco y estable de la cocina. Las zonas más alejadas de las ventanas soleadas y de los electrodomésticos que generan calor son las más adecuadas. En cocinas pequeñas, a veces basta con mover la nevera a un lateral más sombreado o reordenar ligeramente el mobiliario para mejorar su rendimiento.

Además, es recomendable mantener una temperatura interior adecuada (5 °C en la nevera y -18 °C en el congelador), no abrir la puerta más de lo necesario, no introducir alimentos calientes y limpiar periódicamente la parte trasera para retirar el polvo que obstruye la ventilación. También es importante evitar la formación de hielo: apenas tres milímetros de escarcha pueden aumentar el gasto hasta un 30 %.

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