MADRID 30 Jun. (EUROPA PRESS) -
Con la llegada del verano y el calor intenso, las redes sociales vuelven a llenarse de "trucos" caseros para sobrellevar las altas temperaturas. Algunos pueden parecer ingeniosos, pero no todos son seguros. De hecho, varios de ellos pueden ser peligrosos si se aplican sin conocimiento, especialmente cuando afectan a la piel o a la salud.
Uno de los más virales este año propone congelar la crema solar en una cubitera para que esté bien fría al aplicarla. A eso se suma otro clásico que muchos repiten cada temporada: reutilizar el protector solar del verano anterior para no tener que comprar uno nuevo.
Aunque ambas opciones pueden sonar tentadoras, los expertos las desaconsejan con claridad. Ni congelar la crema solar es buena idea, ni reutilizar un envase abierto el verano anterior garantiza una protección eficaz. Al contrario: pueden darte una falsa sensación de seguridad y dejar tu piel expuesta a quemaduras, fotoenvejecimiento o daños más serios.
LO QUE DICE UN FARMACÉUTICO SOBRE CONGELAR LA CREMA
El farmacéutico Álvaro Fernández, conocido en redes como Farmacéutico Fernández, ha explicado con claridad por qué el truco de la cubitera no funciona:
"Las cremas solares están formadas por dos fases. Una acuosa y una oleosa que están homogeneizadas. Y claro, si las congelas, se separan y entonces ya pierden sus propiedades y no sirve de nada".
Además, advierte del sentido práctico: "Se va a descongelar en cuanto llegues a la playa. No te va a dar tiempo ni a soltar la toalla".
¿Y QUÉ PASA CON LA DEL AÑO PASADO?
Reciclar restos de crema solar de un verano a otro tampoco es recomendable. Aunque el envase esté medio lleno, los filtros químicos y físicos del producto se degradan con el tiempo, especialmente si ha estado expuesto al calor, la luz solar o cambios de temperatura.
Todos los protectores solares incluyen una fecha de caducidad y un símbolo de PAO (Period After Opening), que indica el tiempo que puede usarse una vez abierto. En la mayoría de los casos, ese plazo es de 12 meses. Si ha pasado más tiempo, la fórmula puede estar alterada, ofrecer una protección inferior a la indicada o incluso provocar reacciones en la piel.
CAMBIOS VISIBLES QUE INDICAN QUE DEBES TIRARLA
Si notas que la crema ha cambiado de olor, textura, color o presenta separación entre fases (como cuando se corta una mayonesa), no deberías usarla. La pérdida de homogeneidad es un indicio claro de que los ingredientes ya no están bien estabilizados.
Tampoco es recomendable usarla si el envase ha estado en lugares calurosos, como el coche, el maletero o la mochila de playa. El calor acelera la degradación y puede favorecer el crecimiento de bacterias, aunque este último riesgo es menos frecuente.
CÓMO CONSERVAR BIEN LA CREMA SOLAR Y CUÁNDO RENOVARLA
Guarda el envase en lugar fresco y seco, lejos de fuentes de calor.
Evita dejarlo al sol directo o dentro del coche.
Revisa siempre la fecha de caducidad y el símbolo PAO.
No lo compartas entre años ni uses restos de otros veranos, aunque parezca intacto.
Si lo vas a aplicar a niños o a personas con piel sensible, más motivo aún para no arriesgarte.
¿Y cuándo renovarlo? Hazlo cada año si ya ha sido abierto, especialmente si ha pasado tiempo en la playa, en el coche o expuesto al calor.