MADRID 6 Nov. (EUROPA PRESS) -
Con la llegada del frío, las plantas se enfrentan a uno de sus mayores enemigos: las heladas. El descenso de las temperaturas enfría el suelo, daña las raíces y detiene la absorción de agua y nutrientes. Los efectos más visibles -hojas secas, tallos quebradizos o ausencia de brotes- aparecen cuando el daño ya está hecho.
Para prevenirlo, los jardineros recurren a un método sencillo y natural que protege las raíces y conserva la humedad del suelo durante los meses fríos: añadir una capa de material sobre la tierra. Esta técnica, conocida como 'mulching' o acolchado, actúa como un aislante térmico con materiales como paja, hojas secas, corteza de pino o compost, y ayuda a que las plantas soporten el invierno sin sufrir daños.
QUÉ ES Y CÓMO ACTÚA EL 'MULCHING'
El mulching consiste en cubrir la base de las plantas con una capa de entre cinco y diez centímetros de materiales naturales. Su objetivo es crear una barrera que mantenga estable la temperatura del suelo y evite que el frío llegue a las raíces. Además, ayuda a conservar la humedad y reduce la pérdida de nutrientes, algo esencial cuando las lluvias son escasas o el viento reseca la tierra.
Según explican los especialistas del Centro de Jardinería Gorbeia, este método es especialmente eficaz durante los meses más fríos, ya que "protege las raíces de las heladas y mantiene el equilibrio térmico sin impedir que la tierra respire". A medida que el material se descompone, también enriquece el suelo con materia orgánica, mejorando su estructura y fertilidad de cara a la primavera.
CÓMO APLICARLO CORRECTAMENTE
Antes de colocar el acolchado, conviene limpiar bien la zona y retirar hojas secas o malas hierbas. El suelo debe estar ligeramente húmedo, pero no encharcado. A continuación, se extiende el material elegido -paja, hojas secas, compost, corteza de pino o restos de poda triturados- en una capa uniforme alrededor del tallo, sin llegar a cubrirlo por completo para evitar exceso de humedad o aparición de hongos.
En macetas, la aplicación es igual de útil. Basta con revisar que el sustrato drene bien el agua y cubrir la superficie con unos pocos centímetros de material. Esta protección actúa como un abrigo natural frente a las heladas nocturnas y mantiene estable la temperatura del recipiente.
OTRAS MEDIDAS PARA PROTEGER LAS PLANTAS DEL FRÍO
El acolchado puede combinarse con otras medidas sencillas para reforzar la protección. Las mantas térmicas o velos de hibernación permiten cubrir las partes más expuestas sin impedir el paso del aire ni de la luz. En el caso de las plantas en macetas, situarlas junto a una pared o bajo un porche ayuda a reducir la exposición directa al viento y a las heladas.
También es importante ajustar el riego: los días más fríos, lo ideal es regar a media mañana, cuando el sol ya ha templado el ambiente. El exceso de agua puede congelarse y dañar las raíces, pero una tierra ligeramente húmeda ofrece mejor protección.