MADRID, 24 Jun. (EUROPA PRESS) -
Patrimonio Nacional expone, por primera vez, los siete pecados capitales en 10 tapices que pueden visitarse en la Galería de las Colecciones Reales.
"La iconografía del mal es, lamentablemente, como el mismo mal, una constante en la historia de la humanidad. Es una cuestión que en estos tiempos convulsos está más de actualidad que nunca y que nos tiene que ayudar a reflexionar", ha reflexionado la presidenta de Patrimonio Nacional, Ana de la Cueva.
La muestra, que precisamente recibe el nombre de 'La iconografía del mal. Tapices de los pecados capitales', se podrá visitar hasta el próximo 28 de septiembre y aglutina 10 tapices del siglo XVI, además de 38 piezas de la colección --pinturas, libros, monedas, esculturas...--.
Cada tapiz muestra un pecado y su virtud opuesta: la caridad frente a la avaricia, la castidad contra la lujuria, la paciencia ante la ira, la templanza en oposición a la gula, la generosidad como antídoto de la envidia y la diligencia para combatir la pereza. Sus cenefas y medallones con inscripciones en latín refuerzan el mensaje que advierte sobre los peligros de caer en los pecados capitales.
"Son obras de gran relevancia que nunca han sido expuestas con voluntad científica, aunque sí con afán decorativo. Esta exposición está compuesta casi exclusivamente con obras del Patrimonio Nacional, lo que demuestra la capacidad de las Colecciones Reales para poder contar historias. Y realmente lo que van a ver es una pequeña selección, apenas un 0,3 por ciento de los tapices de Patrimonio", ha revelado el director del museo, Víctor Cageao.
Las piezas son de gran tamaño --8 metros de ancho y 5 de alto-- se encuentan en un estado de conservación "muy bueno", según ha explicado el comisario y conservador Roberto Muñoz Martín, y se separan en dos series diferentes, aunque tratan los mismos temas.
Felipe II los adquirió en el siglo XVI y desde entonces forman parte de las Colecciones Reales. Cuatro paños proceden de la colección de su tía, María de Hungría, quien los encargó para decorar el Palacio de Binche (Bruselas) con motivo de la visita del emperador Carlos V.
La segunda serie, que perteneció al conde de Egmont, está compuesta por seis tapices que fueron confeccionados en los talleres de Wilhelm Pannemaker en Bruselas a partir de los diseños de Pieter Coecke van Aelst, en un contexto donde los reyes españoles de la Casa de Austria dominaban también en los Países Bajos, el principal centro productor de tapices en la Europa renacentista.
La muestra propone un recorrido dividido en cinco secciones temáticas para explicar qué papel jugaron en la Corte como vehículo de enseñanza moral y de afirmación del poder real y la evolución del gusto por los tapices en España.
"Hay que recordar que los tapices no son sólo objetos temporales, son emblemas de poder y mostraban la riqueza de la monarquía y el interés que tenían de mostrar determinados relatos metafóricos o simbólicos de su reinado. También estos tapices se utilizaban para cambiar perspectivas, cambiar arquitecturas, cambiar en parte el urbanismo", ha explicado Muñoz Martín.
Además, Patrimonio Nacional presenta una nueva adquisición: 'Retrato de Mariana de Neoburgo como viuda' (Van Kessel, 1701-1706). La exposición también exhibe dos préstamos. El primero es un manuscrito de la Biblioteca Nacional de España, fechado entre 1546 y 1553, que habla de la importancia de los tapices de los pecados capitales tejidos por Pannemaker. El otro préstamo es un cuadro de la Colección Abelló que refleja la función de los tapices en los actos ceremoniales, titulado Ornato de la puerta de Guadalajara para la entrada de Carlos III en Madrid (atribuido a Lorenzo Quirós, 1760).